lunes, 21 de junio de 2010

Combustión

- Tras las primeras tres copas ya puedes incendiarme. – Me miró con extrañeza, así que le expliqué: - Nací envuelta en llamas, pero me he ido apagando con el tiempo…¿Qué tal si me embarras de gasolina?
Ahora, en esta cama inflamable, tus dedos de frío hielo derrapan por mi piel de fuego, derritiéndose hasta hacerse agua que tanto deseo beber, en un estúpido intento de saciar esta sed que me atormenta.
Sus besos de whisky me incendian el corazón, y esta puta máquina se encarga de distribuir las llamas por todas las células de mi cuerpo...
Me miras en medio de este baile de caricias y lo comprendes…Vuelvo a arder como nunca. Me sonríes, y presiento que de mi sólo quedarán cenizas esta noche.
Entre revolcones, gemidos y humo, le pregunto: -¿Qué pasará si te derrito?...- Que este whisky dejará de ser on the rocks… - te ríes, y te acercas aún más a mi oído, explicándome entre respiraciones profundas y besos: - Simplemente dejaré de ser una copa más…dejaré de ser alcohol para convertirme en amor líquido, en amor etílico.

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