jueves, 1 de septiembre de 2011

¡Lo que hay que leer...!

Fue hace no mucho cuando descubrí que él también escribía cosas en los bordes de su cama; pensé que eramos iguales.
Ahora quizá ya no sea la misma que escribía tonterias por todas partes, quizá ahora me parezca más a las personas con las camas sin escribir y las paredes de un solo color.

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