sábado, 2 de julio de 2011

Shh

No podía despertarla...- ¿Qué será eso tan malo que atormenta a mi princesa?- Con mi índice rasgué lo etéreo que sobrevolaba su cabeza y sin dudarlo me lancé dentro.
Entré y salí, o quizá permanecí horas en aquel desolador paraje, no lo sé.
Me enjugué las lágrimas, y alli seguí pacientemente, contemplando cómo dormía. Y, cómo si pudiera oirme, le susurré: - No tengas miedo, es sólo un sueño...-


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